Durante
el mes de julio, celebramos en Las Tablas las fiestas de Santa Librada, fiestas
que en la que manifestamos nuestra fe hacia “La Moñona” que tantas bendiciones
ha derramado sobre nuestro pueblo.
Como
testimonio de gratitud y de fe quiero compartir esta reflexión con ustedes,
Santa Librada ha estado presente en los momentos buenos de mi vida,
recordándome que debo ser humilde; pero también me ha acompañado en los momentos difíciles enseñándome que
debemos fuertes y perseverar.
Los
invito a todos a participar en estas fiestas, para aumentar nuestra fe, para
solidarizarnos como pueblo y para pensar en el crecimiento de todos.
Imitemos
a aquellos antecesores nuestros que a finales del siglo XVII fundaron nuestro
pueblo; celebremos el recuerdo de aquellos que en abril de 1797 crearon la
Parroquia de Las Tablas, recordemos la
fe de todos los que durante los fuertes temblores de 1913 buscaron y
encontraron refugio en Santa Librada; imitemos la fe del padre Celestino Díaz
durante el incendio del 26 de febrero de 1958 cuando casi desaparece nuestro
tempo consumido por las llamas.
Somos la
generación depositaria de una fe y de una tradición de varios siglos, que
seguirá creciendo con el tiempo.
Continuemos la labor de nuestros antepasados de propagar esta fe por todo el país, porque
la misma es la que nos ha hecho un pueblo de gente unida y de gran
corazón. ¡Qué viva Santa Librada!
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